Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos - page 424

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octubre
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2008
de Alfabetización. Sus responsables han afirmado, con razón, que sienten un profundo orgullo al
comprobar cómo Google, que nació del deseo de ayudar a las personas a encontrar información,
se utiliza además para compartir ideas, para facilitar la búsqueda de soluciones a la incultura, la
ignorancia y la falta de información.
Se ha concedido el Premio de Ciencias Sociales al escritor búlgaro de nacimiento y francés de
adopción Tzvetan Todorov, excelente lingüista, semiólogo, historiador de las ideas y teórico de la
literatura: un verdadero humanista contemporáneo.
Formado en la mejor escuela francesa, aprendió a ver en los textos el tejido sutil que los co-
hesionaba, que les daba sentido, hecho de una larga tradición literaria, mezcla de origen culto y
popular. Su infinita curiosidad le llevó también a indagar en el terreno histórico, reencontrándose
allí con otro de sus campos de investigación: los signos, la comunicación, los mecanismos del len-
guaje. Una excelente prueba de ello son sus estudios sobre el descubrimiento de América, al que
define como el encuentro más asombroso de la historia de la humanidad, el momento en que los
hombres descubren la totalidad de la que forman parte.
Son muy sobresalientes y sugestivos también sus estudios sobre esa gran cumbre del pensa-
miento de Occidente, sobre la Ilustración, para ensalzar su espíritu y sus luces, situarla en nuestro
tiempo y reivindicarla como seña de nuestra identidad europea. Una identidad, como él dice,
basada en la renuncia a la violencia, en el perdón, en la reconciliación y en la vida en común. Su
condición de «hombre desplazado», víctima en su país de la larga noche del totalitarismo, le per-
mite tener una perspectiva alejada de todo sectarismo e imposición ideológica y estar convencido
de los beneficios de la proximidad de los otros, de los que no
piensan de la misma manera.
Todorov afirma que la inmigración es siempre una fuente
de riqueza, de dinamismo y de energía. En España conocemos
bien el fenómeno migratorio y, dentro de ella, esta tierra, que ha
sido un espacio de emigración durante siglos. Pero al referirnos
a esa afirmación, queremos expresar el profundo dolor que sen-
timos cada día al ser testigos de la tragedia de tantas mujeres y tantos hombres que intentan cruzar
las fronteras huyendo de la pobreza y de la falta de oportunidades, con la esperanza de encontrar
una vida mejor, a la que todo ser humano tiene derecho.
Un drama que nos conmueve y que provoca en nosotros angustia y tristeza, sobre todo cuando
vemos que en muchas ocasiones viajan niños que a veces llegan moribundos y en cuyo corazón,
como escribió Camus, es posible que pueda caber todo el dolor del mundo.
La canadiense Margaret Atwood, considerada una de las escritoras más importantes de nuestro
tiempo, ha recibido el Premio de las Letras. Poeta, narradora, ensayista y original conferenciante,
con su dominio del arte de escribir, asentado en un profundo conocimiento de los clásicos, ha
creado bellísimas obras que a la vez están hondamente comprometidas con la realidad social y con
la defensa del humanismo. En sus versos se mezcla la emoción lírica con el profundo compromiso
ético, inseparable siempre de la gran literatura. En sus escritos en prosa se advierte su condición
de finísima observadora de las relaciones humanas y, al mismo tiempo, de luchadora contra la
injusticia social.
Es firme defensora de la libertad de expresión, es asimismo una fiel aliada de la preservación de
la naturaleza, a la que evoca en páginas llenas de intensidad y de fuerza crítica y particularmente
importantes y originales son sus ideas sobre el feminismo, sobre el que ha escrito desde posiciones
siempre independientes y al que ha dedicado ensayos muy lúcidos, alentando y celebrando las le-
gítimas y prometedoras conquistas de la mujer y advirtiéndonos a la vez de los peligros que suscita
la posibilidad de que esos logros caigan en la pobreza de lo tópico.
Su rica obra literaria, transparente como el cristal, divertida y cercana a la comprensión del
lector, va de la alegoría a la parodia, de la expresión llena de emoción poética al ataque certero con
agudo ingenio contra la intolerancia. Su conciencia libre le permite enfrentarse a la injusticia en
todos los ámbitos y la combate con su palabra sutil, sugerente, alejada de cualquier dogmatismo.
«España está en el ayer, en su gran historia,
pero, sobre todo, está en el mañana.»
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