Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos - page 458

10
O
viedo
| T
eatro
C
ampoamor
| 22
de
octubre
de
2010
Por su parte, la Transplantation Society, con más de 4.000 miembros en todo el mundo, es la or-
ganización internacional líder en diversos aspectos relacionados con los trasplantes en humanos,
como son los farmacológicos, médicos, de investigación o formativos. Nuestro premio reconoce
su labor que, desde 1966, estimula y promueve las donaciones de órganos, establece las guías de
práctica clínica, estimula asimismo avances en la educación y la investigación científica y vela para
que el ejercicio de la tarea se atenga a rigurosas normas éticas.
Hay dos cuestiones fundamentales que hoy debemos destacar en las que estas dos organizacio-
nes juegan un papel fundamental: la primera de ellas, la lucha contra el tráfico ilegal de órganos. Nos
negamos a aceptar que continúe existiendo una práctica tan degradante y cruel, frente a la que solo
cabe demandar soluciones e intensificar las acciones legales que terminen con ella para siempre.
La segunda es, felizmente, la contraria. El reconocimiento y la gratitud inmensa hacia los do-
nantes y sus familias que nos dan a todos una hermosa lección de generosidad y de entrega
.
Con
su ejemplo ayudan a millones de personas y dignifican a los seres humanos.
Apoyamos a las dos organizaciones cuando insisten tanto en la necesidad permanente y urgen-
te de donaciones y en su petición de que estas aumenten. Son aún muchísimas las personas que
están esperando un trasplante para salvar sus vidas.
Damos las gracias por su obra al escritor libanés Amin Maalouf, Premio de las Letras, en la que,
además, la historia de España tiene una significativa presencia. Gracias también por convertir sus
espléndidos mundos de ficción en espacios de convivencia de las culturas; mundos en los que la
belleza de las historias narradas alerta a los lectores sobre la urgencia de apostar siempre por la paz
por encima de las diferencias de raza, lengua o religión. En el arte del relato, en la reconstrucción
de la atmósfera que rodea la vida de sus personajes todo está puesto sutilmente al servicio de la
defensa de la convivencia y del respeto a los demás.
En sus ensayos aboga por la tolerancia y denuncia la exclu-
sión que nace del uso de la propia identidad como arma. Subra-
ya también cómo todos nosotros formamos parte de la aventura
humana. Y que la herencia de nuestros antepasados debe mez-
clar sus aguas con las vivencias contemporáneas. Para Maalouf
la diferencia debe enriquecer, sumar y nunca aislar o excluir.
Y proclama la primacía de los valores
de la cultura y de la
enseñanza como objetivo crucial para este siglo al que —ase-
gura— hemos entrado sin brújula con la que orientarnos. La
cultura, para proporcionarnos las herramientas intelectuales y
morales que nos permitan saber más y desarrollar una vida interior más sugestiva y floreciente.
Y la enseñanza, para comprender y valorar positivamente la riqueza de la diversidad humana de
modo que se traduzca en una convivencia armoniosa y no en tensiones que generen violencia.
Porque, como él dice, en este siglo no hay ya forasteros sino compañeros de viaje.
En la noche del domingo 11 de julio de este año, España vibró emocionada ante un aconteci-
miento largamente soñado: nuestra Selección de Fútbol logró el título de Campeona del Mundo,
limpiamente y superando momentos muy difíciles. Por esta razón, y por haber dado un gran ejem-
plo deportivo y humano
durante el largo camino hasta llegar a esa cumbre excepcional, ha sido
reconocida con el Premio de los Deportes.
Hasta lograr la victoria final, nuestro equipo puso de manifiesto esos valores por los que tan
justamente ha sido alabado en todo el mundo: voluntad y tesón, máxima deportividad, humildad
y un juego en el que los rasgos colectivos del fútbol se engrandecían con la ilusión, el talento y la
belleza. Toda una lección para los cientos de millones de personas que siguieron en todo el mundo
aquellos días intensos, de algo más que deporte y fútbol, que los españoles nunca podremos olvidar.
En años anteriores he destacado desde esta tribuna los grandes valores que lleva consigo el
deporte y, de manera muy especial, el estímulo que supone para los jóvenes. Pues bien, este año,
la ejemplaridad de la Selección Española de Fútbol
es también el mejor regalo que vosotros, se-
leccionador, jugadores, equipo técnico y Real Federación, les habéis ofrecido. No solo les habéis
«El camino es fortalecer nuestras
instituciones, porque a través de ellas se
pueden y deben articular las soluciones
que esperan los ciudadanos.»
1...,448,449,450,451,452,453,454,455,456,457 459,460,461,462,463,464,465,466,467,468,...528
Powered by FlippingBook