Premios Príncipe de Asturias 1981–2014. Discursos - page 485

5
P
remios
P
ríncipe
de
A
sturias
1981–2014. D
iscursos
Hubo un tiempo en el que construir no implicaba la presencia del arquitecto. El oficio del arquitecto
no había hecho su aparición todavía. Construir era una actividadmás entre las muchas que reclamaba
la supervivencia. Pero la forzosa especialización que acompañó a la evolución de la especie humana
pronto dio paso a quehaceres concretos ligados a la construcción que culminaron con la aparición
del arquitecto. Y puede que sea la memoria de aquel remotísimo pasado la que esté detrás del instinto
constructor que hoy alienta todavía en nosotros. La expresión popular «todos llevamos dentro un
arquitecto», vendría a confirmar lo dicho. Junto a esta innata atracción por la construcción hay, en
el uso que hoy hacemos del término, un entendimiento de lo que es la profesión que se fraguó en el
Renacimiento. El arquitecto como quien, dominando el dibujo, lo que los italianos entonces llamaban
disegno
, era capaz de dar forma a lo construido. El término italiano se trasladó más tarde al
design
sajón y al castellano diseño, asumiendo que, quien lo practica, domina tanto el conocimiento de las
técnicas como la capacidad de dar expresión al pálpito estético de un determinado momento. Hoy
el arquitecto como técnico parece haber perdido terreno y la componente artística que siempre ha
acompañado a nuestro oficio prevalece frente a la tecnológica. El arquitecto, como responsable tan
solo de la imagen, de la apariencia con la que los edificios se nos presentan. En tal situación nos
encontramos.
Quisiera que los arquitectos—y al decir arquitectos pienso en los que vienen—sin olvidar cuánto
en lo que construyen depositan los mortales su idea de lo que el mundo es, mantuviesen, al cumplir
con su misión, viva todavía aquella necesaria racionalidad que implica la supervivencia. Que el
arquitecto continuase involucrado en la construcción, conociendo y entendiendo de aquellos
aspectos formales y estructurales que determinan lo que los edificios son. Que los arquitectos
hiciesen de la fábrica de la ciudad la razón de ser de su profesión. Una ciudad que hace que nuestro
trabajo vaya más allá de lo estrictamente personal, ya que en él se produce inevitablemente la
intersección entre lo público y lo privado.
Rafael Moneo
Premio Príncipe de
Asturias de las Artes
2012
Fragmento del discurso ofrecido
con motivo de la entrega del Premio
Príncipe de Asturias de las Artes el
26/10/2012.
1...,475,476,477,478,479,480,481,482,483,484 486,487,488,489,490,491,492,493,494,495,...528
Powered by FlippingBook