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Premiados. Fragmentos
P
remios
P
ríncipe
de
A
sturias
1981–2014. D
iscursos
Decía al principio que trataría de ser objetivo, puesto que yo no soy sino el portavoz de los favo-
recidos con esta importantísima distinción. El hombre propone y el demonio del subjetivismo
dispone. Mi discurso se ha convertido en una especie de muñeca rusa. En el interior, el jurado.
Conteniendo al jurado, la Fundación Príncipe de Asturias. Y, acogiendo a la Fundación, la tierra, el
paisaje y sus gentes. Y su cultura. O, si se me admite otro ejemplo, primero la cuerda; después la caja
de resonancia y por fin, el local, la sala de conciertos. Pero el sonido que emiten los que escriben, o
hacen música, o investigan, no podría transmitirse sin el aire. Por lo que, después de dar las gracias
al jurado, a la Fundación y a los hombres de una tierra que hacen posible una hermosa aventura
cultural, se hace necesario dar las gracias al aire. El aire, apartándonos ya del resbaladizo terreno
de la metáfora y las alegorías, se llama libertad, la libertad preciosa de nuestro clásico: el aire que
tenemos que respirar cuantos creamos. Y este acto es un signo de que el aire ha empezado hace poco
tiempo a llegar a nuestros pulmones.
José Hierro Real
—
Premio Príncipe de
Asturias de las Letras
1981
Fragmento del discurso ofrecido
con motivo de la entrega del Premio
Príncipe de Asturias de las Letras el
3/10/1981.