Muchas gracias por
vuestro recibimiento, por la alegría y hospitalidad con las que nos acogéis a
la Princesa y a mi, y a todos las autoridades, miembros de la Fundación,
invitados especiales, familiares y amigos que viven fuera de aquí –fuera de
Asturias e, incluso, de España- que os visitamos en este día tan importante
para vuestro pueblo, para los vecinos de Bueño y de todo el municipio.
Celebramos vuestro
éxito, el de haber logrado con todo mérito este Premio al Pueblo Ejemplar por
el que sabemos que tanto habéis luchado desde hace años. La Princesa y Yo por
tanto queremos felicitaros de todo corazón.
Decía don Miguel de
Unamuno que es con los recuerdos con lo que construimos nuestras esperanzas.
Podéis imaginar cuántos recuerdos guardamos en nuestra memoria de las horas
inolvidables vividas en nuestra querida Asturias cada año con motivo de la
entrega de este Premio, de esta hermosa iniciativa de nuestra Fundación.
Bueño se suma hoy a
la lista de los lugares hermosísimos que hemos tenido la oportunidad de
visitar: villas, pueblos y aldeas entrañables en los que hemos disfrutado del
cariño y del carácter abierto y generoso de sus habitantes, que tan
profundamente os caracteriza a los asturianos y, al mismo tiempo, en los que
hemos compartido preocupaciones y esperanzas.
Las dificultades que
estamos viviendo los españoles derivadas de la crisis económica, siendo tan
preocupantes, no pueden desviarnos de lo que significa la prosperidad de una
nación, de una región o, incluso, de un pueblín como Bueño. Para comprenderla y
valorarla es también imprescindible saber cómo se vive allí, la autenticidad de
sus instituciones, cómo se distribuyen los recursos, la calidad de sus
servicios médicos, el nivel de la educación. Hay que conocer también la
dignidad en que se desenvuelve el trabajo, las relaciones en el seno de las
empresas y entre las gentes, la libertad con la que se relacionan
políticamente, cómo crean, imaginan y emprenden para hacer un mundo mejor.
En definitiva, la
crisis económica es un problema grave, y nos preocupa a todos. Pero no hay que
olvidar que hay otros valores que, especialmente en estos tiempos, es preciso
poner de relieve y preservar como el mejor patrimonio. Como señala la gran
filósofa premiada ayer, Martha Nussbaum, para conocer el verdadero estado de
nuestras vidas o de nuestra forma de vivir, para conocer los valores
verdaderamente decisivos, hay que saber cómo se permite a las personas
imaginar, maravillarse, sentir emociones como el amor, la amistad, la
fraternidad y la gratitud, que presuponen esta gran verdad: que la vida es más
que un conjunto de relaciones comerciales.
De todos esos importantes
valores, destacan en vosotros el compromiso por progresar de la mejor manera,
vuestro amor a la tierra y vuestro interés por la cultura, que es, como bien
sabéis, el primer baluarte de la defensa de la libertad y de la lucha contra
una de las enfermedades sociales más graves: la ignorancia. Y también destaca
cómo vivís con plena consciencia –y de manera tan positiva y ejemplar- la
fusión entre el pasado y el presente, entre la tradición y la modernidad.
Cuando el futuro deja
de ser algo que descubrir y por lo que trabajar, cuando se le tiene miedo,
desaparecen el entusiasmo y la ilusión, las ganas de crear y de emprender.
Vosotros, los vecinos de Bueño, demostráis con vuestro afán por el porvenir y
vuestros deseos de progreso que, aunque no es siempre fácil hacer realidad
nuestros sueños, ideales y esperanzas, no es menos cierto que merece la pena
intentarlo, y vivir convencidos de que es posible lograrlo. Porque, como ha
escrito un inolvidable poeta, todos los sueños pueden ser realidad si el sueño
no se acaba.
No es fácil
comprender la evolución del mundo en que vivimos y tampoco lo es prever su
futuro. Ningún lugar, ningún conocimiento está hoy aislado. Cada uno está
ligado al otro. Pero para acercarnos a los grandes problemas, para interpretar
de forma más lúcida este mundo, es necesario que nos formemos, que estemos
preparados para iluminar nuestro pensamiento, que tengamos sensibilidad para
sentir, coraje para arriesgar, voluntad para resistir al desánimo, altruismo
para compartir.
Asturias puede mirar
confiada el futuro, a pesar de tan altos y difíciles obstáculos, pero ese
futuro no será mejor que el presente si no lo construimos unidos, con
sacrificios, esfuerzo, talento e imaginación. Valores que tenéis y que han
cultivado con indudable éxito en todo el mundo los asturianos de la emigración,
que han creado en tantas ocasiones verdaderos emporios de riqueza. Y lo saben
los miles de jóvenes excelentemente formados que trabajan fuera de Asturias,
pues regresarán, para contribuir al progreso de todos, con más experiencias y
más conocimientos.
Disfrutando de la
naturaleza tan rica, variada y hermosa de nuestra muy querida Asturias,
admirados por esas manchas de bosque que vemos a lo lejos y que en esta época
se empiezan a dorar regalándonos
imágenes de tanta belleza, quisiera ahora enviar un recuerdo solidario y de
esperanza a los españoles que este año han sufrido los terribles y desoladores
incendios forestales y lo han perdido todo en ellos. Con emoción quiero
recordar también a los que luchando heroicamente contra ellos, perdieron sus
vidas y nos dejaron su valioso ejemplo de entrega y generosidad.
Los incendios son una
desgracia, un mal contra el que llevamos luchando muchas décadas y que parece
no querer abandonarnos nunca. Todos debemos contribuir a prevenirlos y unirnos
para atajarlos, así como para ayudar a los damnificados a superar tanto daño. A
vosotros, que conserváis con tanto cuidado y tanto cariño vuestros hórreos y
vuestras flores, vuestras casas y vuestra forma de vida, os pido que mantengáis
siempre bien despierto vuestro espíritu de lucha a favor de la naturaleza, de
su conservación y de su cuidado.
Quisiera ahora, antes
de terminar, recordar a todos los pueblos que han presentando su candidatura
para este Premio, y animarles para que sigan trabajando por ser distinguidos
como lo que ya son, ejemplares.
Asimismo, quiero
agradecer al Jurado su labor, que sé que no es fácil, y que realizan siempre
con altura y responsabilidad.
Y a todos vosotros,
vecinas y vecinos de Bueño, os reiteramos emocionadamente nuestra felicitación
y nuestra gratitud por vuestra cariñosa acogida, que guardaremos para siempre
en nuestros corazones.
Muchas gracias.