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Galardonados  

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Comunidad vecinal de Teverga (2013)

La comunidad vecinal de Teverga está formada por los 1.996 habitantes de este concejo situado al sur de la comarca centro-occidental de Asturias y enclavado en el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, declarado en 2012 Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Integrado en la Mancomunidad Valles del Oso, Teverga tiene un alto índice de dispersión de sus vecinos, repartidos por las 47 entidades de población de pequeño tamaño, a excepción de la capital –La Plaza–, que forman el municipio. Los teverganos constituyen una comunidad participativa y solidaria, que tuvo que afrontar una de las reconversiones más duras de Asturias con el cierre, en 1992, de la minería, el pilar económico más importante para las familias del municipio.

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La capacidad de adaptación de la comunidad vecinal de Teverga permitió a los vecinos encontrar nuevos yacimientos laborales y alternativas socio-económicas para superar la crisis derivada del cese de la actividad minera, apostando por un desarrollo y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, paisajísticos, patrimoniales y culturales. El hecho de que los mineros compatibilizaran su trabajo con la ganadería y la agricultura familiar permitió que Teverga no sufriera el deterioro medioambiental asociado con la minería. Este compromiso medioambiental se refleja en las numerosas figuras de protección de las que ha sido merecedor este concejo: el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, el Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro, el Monumento Natural de los Puertos de Maraibo y el Monumento Natural de Cueva Huerta.

La apertura en 1996 de la vía verde “Senda del Oso” sobre el trayecto del antiguo tren carbonero a Trubia contribuyó a impulsar la creación de empresas relacionadas con el sector del turismo rural y activo, que incluso contribuyó al retorno de teverganos emigrados. El concejo ha pasado de no tener plazas de alojamiento y una escasa oferta de restauración en 1990 a albergar, en la actualidad, cinco hoteles con 55 plazas de alojamiento, 17 establecimientos de turismo rural con 284 plazas y nueve establecimientos hosteleros con capacidad para 457 clientes. En 2007 se inauguró el Parque de la Prehistoria de Teverga, una infraestructura que acoge la reproducción de cuevas con manifestaciones artísticas del paleolítico de acceso restringido (Tito Bustillo, Candamo y la francesa de Niaux), que se ha convertido en el gran equipamiento cultural de la zona. El sector ganadero de Teverga también se ha transformado desde los años 90, al pasar de ser una actividad residual en manos de personas mayores y mujeres para el autoconsumo a convertirse en un sector profesional y competitivo con una cabaña ganadera de gran calidad. Los espacios mineros se han recuperado para uso turístico, como elementos de arqueología industrial o áreas recreativas y equipamientos sociales o industriales.

En Teverga hay una veintena de asociaciones activas que colaboran entre sí y que representan todos los ámbitos de desarrollo de la vida comunitaria. Agrupaciones empresariales ganaderas y turísticas, de recuperación de la memoria histórica, juveniles, de mujeres, de mayores, de vecinos, culturales, deportivas y de defensa del patrimonio histórico artístico, rural y natural componen este tejido asociativo.

Acta del jurado

Reunido en Oviedo el Jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2013, integrado por D. Jesús Arango Fernández, D. Fernando Beltrán Fernández, D. Efrén Cires Suárez, D. Fernando Delgado Álvarez, D. Nicanor Fernández Álvarez, D. Luis Felipe Fernández García, D. Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos, D. Manuel García Linares, D. Adolfo García Martínez, D. Roberto Hartasánchez Martínez, D. Juan de Lillo Cuadrado, D. Juaco López Álvarez, D. Hugo Alfonso Morán Fernández, D. José Luis Pérez de Castro, D. Ignacio Quintana Pedrós, D.ª Rosa Roces García, D. Ramón Rodríguez Álvarez, D.ª Trinidad Rodríguez Díaz, D.ª Carmen Ruiz-Tilve Arias, D.ª Fe Santoveña Zapatero, D. Miguel Trevín Lombán, D. Víctor Manuel Vázquez Fernández, D. Antonio Virgili Rodríguez, presidido por D. Francisco Rodríguez García y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda conceder el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2013 a la comunidad vecinal de Teverga, cuya población ha sabido superar las consecuencias de la crisis de la minería del carbón y recuperar la cultura tradicional a la vez que proteger y conservar la biodiversidad del territorio.

El Jurado quiere expresar su reconocimiento, respeto y admiración por los vecinos del barrio de Angrois, en Santiago de Compostela, que tras el desgraciado accidente ferroviario del pasado 24 de julio prestaron a las víctimas toda la ayuda a su alcance, ofreciendo un inolvidable ejemplo de unidad, de solidaridad y humanitarismo, valores que brillan con luz propia en los pueblos y comunidades que nuestro galardón reconoce desde hace más de dos décadas.

Oviedo, 11 de septiembre de 2013

Discurso de S.A.R. el Príncipe de Asturias

Buenos días a todos,

La Princesa y yo queremos, antes de nada, daros las gracias por vuestro recibimiento tan emotivo, por la hospitalidad con la que nos acogéis, y por la ilusión y cuidado con los que habéis preparado este día. Efectivamente un día grande para vosotros, pero lo es también muy especial para nosotros. Así que os felicitamos de todo corazón por este Premio tan merecido, logrado con vuestro esfuerzo y duro trabajo.

Aparte de entregaros con emoción el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, y de compartir con vosotros la alegría de esta celebración; venimos a conoceros, a saber de vuestros sueños, de vuestros problemas, inquietudes y esperanzas; venimos, en fin, a compartir unas horas que ‒seguro‒ serán inolvidables.

Sabemos que hubo un tiempo muy difícil para vosotros; un tiempo no muy lejano, en el que la belleza natural que nos rodea no podía ocultar las heridas causadas por el abandono de las minas de carbón, que fueron el motor económico de desarrollo para estos valles durante decenios; una pérdida que cambió irreversiblemente la forma de vida y la economía.

Una encrucijada nueva e incierta en la que no pocos de los nacidos en estos pueblos tuvieron que buscar trabajo lejos de aquí; y en la que hicisteis frente a muchas dificultades, sobre todo al pesimismo, siempre infértil y paralizante.

Pues precisamente porque habéis tenido la valentía de enfrentaros a esos desafíos, y habéis logrado vencer a la desesperanza, habéis recibido este premio. Aquella forma de vida derivada de la minería del carbón la habéis sustituido por una variedad de iniciativas y de actividades que os han abierto nuevos caminos.

Una nueva ganadería, una nueva e incipiente forma de cultivar el campo, un desarrollo moderno de la hostelería y del turismo rural… Son el resultado feliz de vuestro afán por crear y emprender.

A la vez habéis conseguido equipamientos culturales atractivos como el Parque de la Prehistoria o la Senda del Oso, y cuidáis ‒y protegéis‒ los espléndidos y hermosos recursos naturales, lo que ha sido recompensado justamente con la declaración de Reserva de la Biosfera al Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa por parte de la UNESCO. No son estos logros fáciles si no median ideas y tenacidad, esfuerzo y trabajo eficaz.

Sois un ejemplo admirable que desdice lo que a veces escuchamos, voces que quieren convencernos de que vamos, irremediablemente, hacia una sociedad sin futuro. No debemos dejarnos llevar por el desánimo, no podemos permitir que puedan ser ciertos esos presagios tan desalentadores.

Esa España desmoralizada de la que se nos habla no es la España verdadera. La verdadera España es la que está en el fondo de la sociedad, en su alma, consciente de los problemas pero firme en sus convicciones y decidida a superar las dificultades; que si es verdad que son muy grandes, no es menos cierto que no son invencibles.

La verdadera España está construida con cientos, con miles de comunidades como esta de Teverga, que se rebelan contra la adversidad y en las que nacen cada día ideas de futuro, actos sencillos de generosidad y de bondad que fortalecen los vínculos imprescindibles de afecto y de unión. Comunidades que se engrandecen en los momentos difíciles, cuando saben salir de la niebla cerrada hacia la luz; cuando tienen el coraje ‒dicho con palabras de un gran poeta‒ de “encender la antorcha sobre la tierra oscura”.

Con perseverancia y valentía, con la grandeza que da la humildad, sin rendiros al desencanto, sin desalentaros ante las voces pesimistas, habéis logrado impulsar vuestra economía con nuevas iniciativas.

Os mueve también, naturalmente, el profundo deseo de proporcionar a vuestros hijos una sociedad mejor, llena de posibilidades y abierta a los retos de estos tiempos de cambio e incertidumbre. Una sociedad serena, justa y sabia, más entregada y comprometida que nunca a hacer bien las cosas.

Esta es, pues, una ocasión para festejar todos esos méritos admirables que os han hecho ejemplares y que el Jurado ha querido poner de relieve en este premio. Gracias un año más por vuestro trabajo y dedicación, y por vuestro compromiso con los valores que queremos ensalzar y estimular con su concesión.

Todo ello nos lleva a recordar a quienes en las cuencas mineras viven una etapa de cambios, profundos y difíciles, agravados por la crisis económica general. Conocemos sus problemas, y nos solidarizamos con quienes los sufren, pues sabemos cómo está desapareciendo la forma de vida que se ha mantenido en ellas durante tantos años.

Pero sabemos también que conservan muy vivo su espíritu y esa fortaleza con la que se ha forjado en buena medida la personalidad de Asturias; y cómo siguen teniendo muy presentes los valores que nunca desaparecerán: la lucha por la justicia, la valentía de arriesgar la propia vida para salvar otras en riesgo, la fortaleza ante la adversidad, la unión para hacer frente a las dificultades, el hacer honor a la palabra dada.

Con ese bagaje ético, construido sobre la fraternidad y la confianza, los trabajadores de las cuencas encontrarán, también, estamos seguros, nuevos caminos para emprender; caminos para imaginar y crear nuevas formas de trabajo y de prosperidad. Porque no hay futuro sin ideales y sin sueños, sin una convivencia sosegada y fraterna.

Recordamos hoy también a todos los pueblos, asociaciones y comunidades que han presentado su candidatura al premio, especialmente a aquéllos que llevan varios años haciéndolo con una tenacidad admirable. Les animamos para que sigan adelante con sus iniciativas y actividades comunitarias, pues esta forma de actuar es ya, por sí misma, un premio para todos ellos. La Princesa y yo les enviamos nuestra gratitud y nuestro cariño.

Aquí, amparados y admirados por la belleza que nos rodea, os animamos a que sigáis cuidando lo mucho que tenéis, la hermosa herencia que os han entregado vuestros mayores.

Deseamos que sigáis emprendiendo y haciendo prosperar vuestras nuevas formas de vida, con el impulso de una economía emprendedora ‒ágil y sostenible‒, para adaptarse a los cambios acelerados que vivimos.

Deseamos que sigáis alentando y potenciando también vuestros proyectos culturales, el asociacionismo y la recuperación de las más hermosas tradiciones de la cultura rural; que también fortalecerán el tejido empresarial y económico que habéis conseguido poner en pie.

Os alentamos a que sigáis así, a que las inevitables dificultades no os hagan desfallecer; también a que animéis a las nuevas generaciones a potenciar sus conocimientos, a encontrar en la educación el camino más seguro para hacer frente a la creciente complejidad, a la rapidez de los cambios y a la incertidumbre que caracterizan nuestro mundo.

Anhelamos para vosotros que estos días felices y tan llenos de esperanza que estáis viviendo no terminen hoy. Porque es verdad que todo lo mejor es posible, siempre y cuando no se pierda la fe en que cada nuevo día puede traer nuevos triunfos, sobre todo si vencemos al pesimismo, a la desilusión y al desencanto.

Los colores del otoño que iluminan los bosques cercanos, la magnificencia de las cumbres que nos rodean, forman un espectáculo de una belleza singular; un auténtico regalo para la vista y para el recuerdo. Tampoco olvidaremos nunca, la Princesa y Yo, vuestra ejemplaridad y a la acogida tan cariñosa que nos estáis ofreciendo.

Os deseamos de todo corazón un futuro lleno de esperanza, el mejor futuro.

Muchas gracias.

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