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Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna

Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015

Reunido en Oviedo el Jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015, integrado por Arturo Álvarez-Buylla Roces, Juan Luis Arsuaga Ferreras, Lina Badimón Maestro, Juan Ignacio Cirac Sasturáin, Mara Dierssen Sotos, Luis Fernández-Vega Sanz, Cristina Garmendia Mendizábal, Álvaro Giménez Cañete, Bernardo Hernández González, Emilio Lora-Tamayo D’Ocón, José Antonio Martínez Álvarez, Amador Menéndez Velázquez, Ginés Morata Pérez, Enrique Moreno González, César Nombela Cano, Marta Sanz-Solé, Manuel Toharia Cortés, presidido por Pedro Miguel Echenique Landiríbar y actuando como secretario Vicente Gotor Santamaría, acuerda por unanimidad conceder el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015 conjuntamente a la investigadora francesa Emmanuelle Charpentier y a la estadounidense Jennifer Doudna, por los avances científicos que han conducido al desarrollo de una tecnología que permite modificar genes, con gran precisión y sencillez en todo tipo de células, posibilitando cambios que suponen una verdadera “edición del genoma”.

Ambas investigadoras estudiaron la forma en que determinadas bacterias se defienden de los virus que las infectan, destruyendo el ADN de los mismos tras reconocer algunas de sus características específicas. A partir de estos avances unieron sus esfuerzos con una visión innovadora que les ha permitido desarrollar lo que se ha denominado el sistema CRISPR-Cas. Se trata de un método de aplicación universal basado en el diseño de pequeñas moléculas de ARN que sirven de guía a la enzima Cas9 para actuar sobre el ADN, permitiendo modificar genes en las propias células. La aplicación de esta tecnología se ha ampliado rápidamente a multitud de sistemas biológicos, lo que ha supuesto una verdadera revolución en Biología Molecular. Esta metodología permite eliminar, activar, inactivar, incluso corregir, cualquier gen, dando lugar a diversas aplicaciones tanto en investigación básica como en agricultura, ganadería y biomedicina. Se abre así la posibilidad de desarrollar tratamientos dirigidos a enfermedades genéticas que actualmente carecen de terapias eficaces.

Oviedo, 28 de mayo de 2015

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