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Cascos Azules de la ONU destinados en la antigua Yugoslavia

Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1993

Intervención del Embajador Joseph Verner Reed,
Representante Especial del Dr. Boutros-Ghali, Secretario General de Naciones Unidas

Majestad,
Alteza Real,
Señor Presidente de la Fundación Príncipe de Asturias,
Distinguidos miembros de los Jurados,
Excelentísimos Señores,
Señoras y señores:

Es un verdadero placer y un privilegio para mí estar aquí hoy con todos ustedes en representación del Secretario General de las Naciones Unidas, Dr. Boutros Boutros-Ghali. Me gustaría dar una bienvenida especial a los ocho representantes de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas -UNPROFOR- destinados en la antigua Yugoslavia, que representan a las tropas, a los observadores militares, a la policía y al personal Civil de lo que es ahora la operación de pacificación más importante de las Naciones Unidas.

Ellos representan a los verdaderos héroes del mundo actual. Premiándolos, España y la Fundación Príncipe de Asturias dan ejemplo al mundo.

Tres miembros del Batallón Español de UNPROFOR están hoy aquí en nombre de sus valientes camaradas. Gracias a ellos, se evidencia el compromiso activo de España en el mantenimiento de la paz, en un claro testimonio de la fuerza de este país en las Relaciones Internacionales.

¡Las Naciones Unidas necesitan países como España!.

Señoras y señores,

El Secretario General, Dr. Boutros Boutros-Ghali, lamenta que la presión de los acontecimientos internacionales haya hecho imposible que él estuviera presente hoy, cuando se rinde homenaje a los 28.200 militares, civiles y policías que integran las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas -UNPROFOR-.

Permítanme ahora que les transmita el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas:

El jurado ha decidido conceder este Premio a las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas en reconocimiento a la labor humanitaria que está siendo llevada a cabo por las tropas de UNPROFOR "en una situación sumamente compleja, cuyo resultado es imposible predecir", y por su "contribución sobresaliente a la solución pacífica de este conflicto militar".

Los hombres y mujeres de UNPROFOR están profundamente agradecidos a la Fundación Príncipe de Asturias por haberles honrado de este modo. Como Secretario General de las Naciones Unidas, puedo decir que se trata de un honor que tienen bien merecido. También me consta que quienes se ocupan del mantenimiento de la paz en nombre de las Naciones Unidas en cualquier otro lugar del mundo se alegrarán de que se haya reconocido la labor de sus compañeros. Todos en las Naciones Unidas pueden sentirse orgullosos del honor que concedéis a UNPROFOR.

En el día de hoy, debemos recordar especialmente a los 62 miembros de UNPROFOR y de otras misiones humanitarias que han perdido sus vidas desde que se estableció este cometido, en febrero de 1992. Nuestro pensamiento está también con las 782 personas que han resultado heridas durante el cumplimiento de su deber en la antigua Yugoslavia.

Al reconocer las dificultades bajo las que opera UNPROFOR y la extrema complejidad de la situación política en la antigua Yugoslavia, la Fundación Príncipe de Asturias ha enviado un claro mensaje de ánimo a todos los que participan en las 18 operaciones de pacificación de las Naciones Unidas en todo el mundo. Ahora, cuando la ONU emprende una segunda etapa en su trabajo por el mantenimiento de la paz, y cuando la Organización se adentra en un territorio nuevo y desconocido, es muy grato para los hombres y mujeres que arriesgan su vidas por los demás que se les reconozca de este modo.

El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional es uno de los objetivos principales de las Naciones Unidas. Treinta y cinco países persiguen este objetivo mediante sus contribuciones a UNPROFOR. A todos ellos rindo homenaje, pero hoy merece especial mención la distinguida contribución que las Fuerzas Armadas de España hacen a UNPROFOR. Su papel ha sido destacado de manera particular -y con razón- por el Jurado.

Durante los dos últimos años, el Consejo de Seguridad ha ordenado un número cada vez mayor de misiones a UNPROFOR.. Sin embargo, y pese a esta importante ayuda de la comunidad internacional, las partes en conflicto no han logrado hasta el presente resolver sus diferencias.

Debido a la falta de cooperación, en ocasiones incluso equiparable a una patente hostilidad de las partes, UNPROFOR no ha resultado tan efectiva como podía haberlo sido. Pese a estas dificultades, sin embargo, tanto UNPROFOR como los organismos humanitarios de las Naciones Unidas no cejan en sus esfuerzos por aliviar el sufrimiento de la población civil, cuyas esperanzas y medios de vida han quedado destrozados por la violencia.

Los hombres y mujeres dedicados a esta labor merecen nuestro apoyo y admiración. A medida que se acerca el invierno, se agrava un enfrentamiento cada vez más duro. Solamente en Bosnia- Herzegovina se encuentran en grave riesgo 2,7 millones de personas. La población está expuesta al frío, al hambre y a las enfermedades. En estas circunstancias, su única esperanza estriba en la llegada de algún convoy de asistencia humanitaria, que tiene que abrirse paso por carreteras montañosas cubiertas de nieve y por zonas de combate.

La paciencia, la persistencia y la habilidad diplomática de quienes dirigen y colaboran con estos convoyes quedan sometidas a la prueba máxima cuando, despiadadamente, son detenidos por barreras de control, erigidas por una u otra de las facciones en guerra, pues saben que si no persisten en su misión la gente del otro lado de la barrera tendrá que enfrentarse a más hambre y desesperación.

El pueblo de la antigua Yugoslavia quiere la paz. Por ello, aprovecho esta oportunidad para pedir a sus militares y sus dirigentes políticos que ejerzan sus responsabilidades ante sus pueblos y ante la comunidad internacional. Su deber es actuar decisivamente para trazar un camino que lleve a mitigar los horrores de la guerra y permita el restablecimiento de la paz.

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