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Cascos Azules de la ONU destinados en la antigua Yugoslavia

Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1993

Las fuerza militares desplegadas en la antigua Yugoslavia bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas, e integradas por efectivos de varios países, estaban desarrollando, en el momento de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, una ejemplar labor, tanto de protección de la ayuda humanitaria, como de interposición entre los diferentes bandos en conflicto, arriesgando incluso sus vidas.

Las peculiaridades de la situación que se vivía en la antigua Yugoslavia, con enfrentamientos étnicos y religiosos superpuestos, frentes de combate poco claros, millones de refugiados y una gran necesidad de ayuda humanitaria -medicinas, alimentos, ropa, etc...- hicieron aún más difícil su delicado trabajo, en el que, además, no pueden tomar parte o posicionarse a favor de alguno de los contendientes.

Los Cascos Azules de la ONU desarrollaron en la antigua Yugoslavia un complicada labor, escoltando los convoyes de ayuda humanitaria, negociando con los diversos bandos o animándoles a hacerlo, para mantener abiertas las vías de diálogo, protegiendo a los millones de refugiados provocados por este conflicto así como a los negociadores e intermediarios extranjeros, e incluso interponiéndose físicamente entre los contendientes, todo ello mediante el uso pacífico de sus medios y armas.

Además, en la antigua Yugoslavia también estuvieron trabajando otros organismos e instituciones internacionales, tanto de carácter privado como dependientes de la propia Organización de las Naciones Unidas. Tal es el caso, por ejemplo, del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1991.

Las fuerzas de pacificación de la ONU cumplen difíciles misiones en distintos países del mundo en los que se viven situaciones de enfrentamiento o tensión. Durante los últimos años estas fuerzas han incrementado su actividad en un mundo en transformación donde han surgido diversos conflictos, en lo que ha supuesto un reforzamiento del papel de la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, de cara a la resolución de conflictos en todo el mundo.

Entre las fuerzas militares destinadas en la antigua Yugoslavia se encontraba una importante dotación de fuerzas españolas, renovadas periódicamente, y cuya labor fue frecuentemente elogiada por los restantes países participantes en esta misión humanitaria. Varios soldados españoles fallecieron en el cumplimiento de sus labores de ayuda humanitaria en esta zona.

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